“Le están tocando el bolsillo a trabajadores, que encima son precarizados por el municipio. Es muy grave la decisión que toma la gestión, porque inclusive contradice la línea del gobierno nacional de no despedir en este momento. ¿Cómo los van a echar ahora, y justo al sector más débil?”, opinó para este diario Germán Reguero, de la izquierda local, respecto de la caída de los contratos de unos treinta artistas, deportistas y trabajadores de oficios que dictaban talleres para diversas áreas de la municipalidad, y que mientras dure la cuarentena serían reubicados en otras áreas, como Salud y Desarrollo Social, con el compromiso de devolverles su espacio.
“He escuchado por ahí que es gente no está pudiendo trabajar (en referencia a que los talleres son de modalidad presencial), entonces me pregunto si el estado municipal va deshacerse de los trabajadores que forman parte de áreas que no están funcionando en cuarentena, por ejemplo algunas administrativas”, puntualizó el militante del mikismo, que por estas horas prepara un libro referido a los orígenes y evolución del anarquismo bolivarense.
Desde la franja política que integra vienen insistiendo con que “sean reincorporados en las mismas condiciones y con el mismo sueldo. Estamos hablando de cifras muy pequeñas, algunos compañeros ganaban 6 o 7 mil pesos”, completó Reguero, al tiempo que lamentó que el grupo no esté sindicalizado por la condición de precariedad laboral bajo la cual cumple -o cumplía- tareas para la municipalidad.
CHISPAZOS DE UN FUEGO QUE NO FUE
La baja de los contratos a talleristas, que derivaría en reubicaciones, no motivó una amplia cobertura periodística ni la preocupación del grueso del arco político local, ya que la oposición legislativa podría decirse que ninguneó el tema y sólo el bloque oficialista mostró una tibia reacción. Ni siquiera los propios ‘ajustados’ salieron a manifestarse públicamente por las redes sociales o los medios de comunicación, con excepción de un puñado que apenas representa el diez por ciento del total. Tampoco ahora, que serían -la mayoría- reubicados y les conservarían el sueldo. Precisamente el silencio que en general guardaron fue elogiado por la concejal peronista Mónica Ochoa, una de las que habló a requerimiento de este diario, y que también mantuvo junto a pares del bloque que integra reuniones con el intendente Pisano y el director de Recursos Humanos, Gustavo Morales. La dirigente dijo en estas páginas hace tres días que “eso (no haber estallado por la redes) habla bien de ellos, porque quiere decir que esperaron un gesto, que ahora se les está brindando”. La afirmación detonó una tormenta de críticas en el facebook del diario LA MAÑANA y en otros que compartieron la nota; hay quien opina que si el ‘affaire talleristas’ tuvo este final y no uno peor, fue justamente porque Raúl Chillón y dos o tres de sus colegas lo llevaron de inmediato a la faz pública.
En medio de ese caliente escenario, fue la propia Ochoa quien publicó horas después una suerte de descargo en su cuenta de facebook, que dice textualmente: “Ante una expresión manifestada por mí en una noticia periodística reciente, quiero aclarar que mi intervención en la problemática de los talleristas fue la de interesarme acerca de la situación de los mismos, preguntar para apoyar e informar lo averiguado ante un requerimiento periodístico.
Con relación a la frase a la que se alude específicamente, deseo expresar que la interpretación que veo se le ha dado al texto dista mucho de ser la pretendida.
No fue mi intención decir que hay que acallar voces ante lo que se considera injusto o ante la posible pérdida de una fuente laboral; sino que quienes no se manifestaron inmediatamente habían sido prudentes aún ante una situación que genera angustia. Así como también estoy al tanto de que quienes se manifestaron lo hicieron con respeto.
Pero muy lejos estuvo de mi lo que se interpretó.
Pido disculpas a quienes involuntariamente pueda haber dañado con una expresión que no refleja en absoluto mi sentir.
Escrito con la anuencia del Señor Raúl Chillón.
Su posteo cosechó adhesiones.