Cristina en la sede del PJ Nacional: “La unidad requiere de desprendimientos personales”

CFK reapareció en el PJ, habló de historia, poder y unidad, y dejó un mensaje directo a la interna: “Así no se construye la unidad”.

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En una jornada cargada de simbolismo político y tensión judicial, la ex presidenta Cristina Kirchner convocó este lunes a dirigentes del peronismo, organizaciones sindicales y sociales en la sede del Partido Justicialista, en la ciudad de Buenos Aires. Entre las asistencias se destaca la del gobernador Axel Kicillof, cuya presencia representa un gesto político clave de apoyo en medio de la interna del oficialismo.

Comenzó el discurso de Cristina

Desde el escenario, y tras la presentación del dirigente del Movimiento Evita Leonardo Grosso —quien deslizó con tono irónico “pongan los fideos que estamos todos”—, la ex mandataria aprovechó el marco histórico para enviar un mensaje político profundo: “Seguramente me han escuchado más de una vez decir que la casualidad no es una categoría ni política ni histórica, y los hechos de hoy no hacen más que confirmarlo”.

Cristina repasó episodios de violencia política en la historia argentina y cuestionó la idea de que la denominada “grieta” haya comenzado con su espacio político. “Se ha instalado que la grieta apareció en 2003 con Néstor Kirchner, cuando no. Estas cosas pasaron en el país: fusilaron y mataron gente por ser peronista”, afirmó, en referencia a los fusilamientos de junio de 1956. Y agregó: “Los que nos hablan de la grieta se hagan cargo de lo que hicieron en la historia argentina”.

La ex presidenta también recordó otros hechos históricos como el bombardeo a Plaza de Mayo en 1955 y el asesinato del caudillo federal Ángel Vicente ‘Chacho’ Peñaloza: “Si quieren ir más atrás, podemos hablar del derrocamiento de Yrigoyen, y si se quiere un poco más atrás, cuando degollaron al Chacho Peñaloza después de haberse rendido… igualmente lo mataron”.

En otro tramo encendido de su discurso, CFK convocó a “discutir en serio la historia argentina” para dejar de caer en falsos debates que, según denunció, solo sirven para justificar políticas regresivas. “¿Qué pasó, para que no nos sigan dividiendo inútilmente a los argentinos? Porque estas divisiones, incluso para los que se consideran antiperonistas o antikirchneristas, son la excusa para implementar modelos económicos que destruyen el presente y el futuro de los argentinos”, señaló.

La ex presidenta vinculó los episodios de violencia política del siglo XX con decisiones económicas estructurales: “Cuando se produce el golpe en el 55′ y se derroca a Perón, lo que se quiere es terminar con un modelo de distribución del ingreso que no era aceptado por los poderes hegemónicos de la Argentina”. Y añadió: “Perón se había negado a formar parte del FMI, y lo primero que hizo el gobierno de la autodenominada Revolución Libertadora fue adherir al Fondo Monetario Internacional y ahí empezar un largo proceso de endeudamiento, que hoy aún no solamente persiste sino que se acrecienta”.

Javier Alonso se pronunció sobre el caso Thiago y sorprendió con una postura cercana a la de Bullrich en defensa del policía involucrado.

Leer en clave de política económica

La ex mandataria advirtió que los mecanismos de disciplinamiento ya no requieren de intervenciones militares como en el pasado. “Hoy ya no son necesarios los golpes de Estado, ni necesario instrumentar a las Fuerzas Armadas, han cambiado de partido y ahora son el Poder Judicial”, sostuvo. Y vinculó directamente la ofensiva judicial en su contra con el impacto que generó el reciente anuncio de una candidatura peronista: “Bastó que hace una semana anunciáramos una candidatura para que se desataran los demonios”.

Cristina trazó además una comparación entre el actual modelo económico y ciclos anteriores de endeudamiento y ajuste. “Este modelo tiene fecha de vencimiento, se agota, y lo sabemos porque es una copia de lo que hizo Martínez de Hoz, la convertibilidad de los años 90”, afirmó. Según remarcó, la estrategia del poder económico no es sólo sostener un programa de ajuste, sino también “desarticular la posible organización popular y política que necesariamente se va a producir”.

Durante su discurso, Cristina volvió a poner el foco en las tensiones internas del peronismo y advirtió que los sectores de poder económico buscan impedir cualquier intento de reorganización popular. “No van a permitir distraerse como lo hicieron en 2017, cuando creyeron que estábamos terminados y pudimos construir una alternativa. Sabemos que no salió bien, pero hay un problema cuando se llega en nombre de un proceso colectivo y se lo convierte en un proyecto personal. Eso no es nuevo en el peronismo, pero está, y también lo vamos a superar, porque el pueblo siempre regresa”, afirmó.

La ex mandataria cargó nuevamente contra el Gobierno nacional y el rol del Poder Judicial: “Este gobierno cachivache va a fracasar porque estos modelos han fracasado históricamente. Lo que buscan es que, cuando esto se caiga, no haya nada organizado que los reemplace y ponga en riesgo sus ganancias. Pero no será así”. En ese marco, criticó el accionar de la Corte Suprema, a la que definió como “la guardia pretoriana del poder económico”, y denunció que el Decreto 70/2023 sigue vigente solo porque fue firmado por el oficialismo: “Imagínense un decreto así escrito por el campo popular, no hubiera durado ni 15 días”.

Cristina habló de unidad, ¿con palito para Axel?

Cristina volvió a plantear la necesidad de reconstruir la organización política desde las bases, insistiendo en que la militancia no puede reducirse a lo electoral. “Por eso es muy importante organizarse y recalco una y otra vez: no vernos como militantes electorales sino como militantes políticos. Tenemos que organizar a la sociedad, articular y difundir ideas, ayudar a interpretar los problemas de la gente”, expresó ante una militancia movilizada. La presencia del gobernador Axel Kicillof en primera fila sumó peso simbólico al mensaje, que por momentos pareció dirigir una advertencia hacia adentro del propio espacio político.

No importa quién es primero o primera, sino que sea una unidad que asegure la construcción de la victoria”, lanzó Cristina, en una frase que puede leerse como una crítica implícita a quienes priorizan sus ambiciones personales por sobre el proyecto colectivo. “Esto requiere desprendimientos personales, porque la unidad siempre y cuando el primero sea yo, así no se construye la unidad”, insistió. También señaló que el momento político actual exige volver a las fuentes: “Los sectores más nuevos desconocen parte de la historia, y actos como estos ayudan a atar los hilos. Creo que no es casualidad el hecho de estar acá. Estoy acá. No somos la derecha mafiosa que se va por tres años y vuelve como si nada hubiera pasado”.

En definitiva, soy una fusilada que vive“, concluyó la ex Presidenta.

Desde CONADU, CTA y FEDUBA anunciaron que, en caso de que la Corte confirme la condena y detenga a Kirchner, se convocarán paros y movilizaciones en defensa de la democracia. “Si detienen a Cristina, paramos y movilizamos”, afirmaron en sus comunicados. El senador Oscar Parrilli, uno de los organizadores, fue más allá y denunció “una maniobra de desestabilización política con tintes golpistas” promovida por el Poder Judicial, Javier Milei y Mauricio Macri.

Apoyos, mensajes y ausencias

En una señal política contundente, el gobernador Axel Kicillof llegó a la sede del PJ acompañado por una comitiva del Movimiento Derecho al Futuro integrada por la vicegobernadora Verónica Magario, los intendentes Mario Secco, Julio Alak y Andrés Watson; y los ministros Walter Correa, Gabriel Katopodis y Cristina Álvarez Rodríguez, entre otros.

Entre los primeros en llegar estuvieron Germán Martínez, jefe del bloque de Unión por la Patria, quien aseguró que Cristina es “la dirigente política con más volumen del país y la principal esperanza para millones de argentinos”. También se hicieron presentes Carlos Heller, Anabel Fernández Sagasti, Leandro Santoro, Martín Soria, Sergio Palazzo, Amado Boudou, Wado de Pedro, Victoria Donda, Cecilia Moreau, entre muchos otros dirigentes, legisladores y funcionarios.

Desde el Frente Renovador, espacio liderado por Sergio Massa, participaron Micaela Ferraro, Mónica Litza, Diego Giuliano, Sabrina Selva y el Turco Eslaiman.