Acerca del tráfico ilegal de fauna silvestre

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Hace unos días nos llegó una invitación desde el COA Verdón / Madariaga para compartir en Youtube una charla acerca de Reflexiones sobre el tráfico ilegal de fauna silvestre a cargo de la Técnica Mayra Selene Caballero quien es voluntaria del programa Tráfico ilegal de Fauna Silvestre de Aves Argentinas.

El encuentro virtual ocurrió el miércoles 17 y fue una sorpresa para quienes la presenciamos ya que para muchos significó echarle luz a una problemática que intuíamos pero sobre la cual no teníamos una certeza cierta. Con solo analizar el dinero que mueve en el mundo y que estos atropellos a la naturaleza tienen ejemplos cercanos es importante refrescar el tema y sumarnos a un llamado a la reflexión.
“Hace tiempo que está el tráfico, quizás antes no se visibilizaba tanto por una cuestión de que no había tantas redes sociales, tanta conexión, demás había una cuestión cultural, era costumbre tener en la familia una tortuga, un loro y no preguntar cuál era el origen de ese animal, hoy en día hay más conciencia y aunque no nos parezca sigue habiendo un comercio importante porque sigue existiendo mucha gente que está acostumbrada o quiere mantener ese estilo de vida, así que nos queda un largo camino para seguir concientizando. Este tráfico mueve mucho dinero, de hecho está catalogado como uno de los tráficos ilegales más lucrativo del mundo, lo ubican entre el tercero y el cuarto siempre detrás de lo que es tráfico de armas, drogas y trata de personas, dicen que es una organización internacional”, asegura la técnica.
Mayra entiende que la actividad mueve unos 20 mil millones de dólares al año, una cifra estimativa porque se basan en decomisos y en operativos donde se han incautado. En nuestro país la mayoría de los animales se extraen del norte y centro del país y se comercializan en lo que es Córdoba capital, Rosario y Gran Buenos Aires, sobre todo Capital Federal.
“El tráfico ilegal de fauna tiene que ver con la extracción de las especies silvestres de la naturaleza, sin ningún tipo de permiso o de control, entonces empieza con eso, con la extracción y la captura, muchas veces la captura la hace gente de bajos recursos que tal vez no tienen otra forma de vida, eso también hay que contemplar el aspecto social y garantizar formas sustentable de que esas personas se ganen el dinero, después viene el acopio, ahí sí puede ser una persona que tiene otros recursos, que maneja una logística, que es la que después se encarga del traslado y la venta en los grandes centros urbanos. Al ser un comercio ilegal no están a la vista los animales entonces los trafican de las formas más horribles, recordemos que para los traficantes los animales no son seres vivos sino que son un producto que tienen que vender, no importa si pierden alguno en el camino, entonces viajan hacinados, no se les da agua, no se les da comida, se estresan, los animales son muy susceptibles al estrés, eso hace que bajen sus defensas y se enfermen más rápido, así que claramente viajan en muy malas condiciones, muchas veces juntan machos que son los más llamativos en el caso de las aves que son muy territoriales y se terminan atacando entre sí, o sea que la gran mayoría muere ya en la captura donde en el caso de las aves tienen que talar un árbol para hacer caer el nido y donde mueren pichones en ese proceso y después en todo el traslado inhumano que hay”, agrega.
Otra de las causales de la depredación tiene sustento en el mascotismo donde el tráfico se hace internacional con coleccionistas privados que harían cualquier cosa con tal de contar con un ejemplar. La taxidermia hace su aporte, al igual de la industria que comercializa cueros y pieles. Los circos también se incluyen y no faltan lo que quieren contar con un trofeo de caza o de sacrificarlos con algún extraño “fin científico”
“Esto trae muchísimos problemas, por un lado puede estar los ocasionados por los escapes accidentales de los animales o a veces liberaciones intencionales sobre todo en este contexto de pandemia, y esto puede ocasionar enfermedades, por otro lado hay animales que la gente no sabe si son especies exóticas, y estas pueden llegar a ser invasoras, competir con las especies autóctonas y desplazarlas”, agrega y cita al castor en el sur de nuestro país que fuera traído con fines comerciales y que al desistir se incorporó al entorno fueguino amenazando nuestros bosques ante la falta de enemigos naturales.

Fuente: elmensajero