Lenguaje inclusivo, un punto de inflexión

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Este ensayo tiene como objetivo tratar desbaratar los prejuicios simplistas y estereotipos particularistas que denotan en manifestar que hay lenguajes oficiales. Es necesario aclarar que eso, no existe. El porqué es demasiado sencillo; la lengua, él habla y lenguaje son utilizados por la sociedad. La cuál es dinámica y está en constante movimiento y así también lo es la acción comunicativa. Puesto que el llamado “lenguaje inclusivo” es una demostración del dinamismo y del profundo hartazgo de la desigualdad.
¿Qué es el lenguaje?
Hay diferentes formatos, compresiones, nociones y suposiciones de lo que es él lenguaje. Como a su vez diferentes autores y/o sistemas de ideas que se explayan sobre el mismo, pero este ensayo se basa principalmente, para su desarrollo, en la semiótica. Primero es necesario recalar sobre la concepción de esta ciencia, también llamada teoría de los signos. La semiótica es el estudio de cómo utilizamos y creamos signos para transmitir sentidos y significados mientras nos comunicamos. ¿Qué es un signo? Charles Pierce uno de los máximos referentes de esta teoría considera que; “un signo es algo que representa algo para alguien en algún aspecto o carácter” ese algo es determinado en su calidad de sí mismo por otra cosa, llamada su “objeto”, de modo tal que determina un efecto sobre una persona que interpreta.
Piaget denominó al lenguaje como una función simbólica. Sobre este sentido, el lenguaje es ante todo un instrumento utilizado por las personas para interpretar, cumpliendo una de sus funciones básicas: la de ser un instrumento por medio del cual aprendemos a significar y a expresar a otros lo significado. De manera tal, que a través del lenguaje vivimos cotidianamente creando y configurando símbolos. Pero a su vez dentro del sistema se categorizan arbitrariamente a través de estructuras cuáles son las formas “adecuadas”
La sociedad es regulada por determinadas instituciones abstractas, y organizaciones sociales. El lenguaje no está apartado de las diferentes regulaciones y restricciones dentro de un orden social, por consiguiente si el lenguaje en su simbolismo es un acto de habla, se transforma en discurso por su mera acción en la elaboración de signos que recae en la circulación de sentido. Más afablemente los discursos nos permiten ir más allá.

Es necesario dar cuenta que el discurso es una acción social que ocurre en un marco de comprensión, comunicación e interacción que a su vez son partes de estructuras y procesos socioculturales más amplios. La coyuntura esencial es visualizar las relaciones entre discurso y los engranajes sociales que resultan a menudo ser indirectos y altamente complicados de abordar y demostrar. De manera tal que los discursos sociales, en su efecto, son en su amplia mayoría atados o limitados por instituciones (Es un cuerpo normativo jurídico-cultural compuestos de ideas, valores, creencias, leyes, etc. que determinan una forma de intercambio social).

Eliseo Verón (1987) en su teoría de discursos expone que todo análisis del sentido descansa sobre la hipótesis según la cual, el sistema productivo deja huellas en los productos: “analizando productos se apunta a procesos”. Es decir, mediante procesos culturales, sociales e históricos que se puede observar materializados en aparatos fundantes y transmisores de patrones-códigos culturales, como por ejemplo: escuelas, hospitales, universidades.

Obviamente hay momentos-procesos históricos que determinan hechos esenciales de desigualdad y violencia social para sectores y/o estratos más vulnerables. El punto de inflexión histórico más cercano y contemporáneo es la Revolución Francesa, que según el académico Flavio Peresson (2003) tiene dos motivos, uno porque hay una caída institucional, (la monarquía y sus instituciones), y porque el que funda o instituye es un nuevo sujeto, el pueblo.

Además que la Institución era concebida en relación a la referencia divina, con las creaciones y apariciones de Estados modernos no se legitima a partir de lo divino, sino a partir de la gesta del pueblo. El problema subyace en que las instituciones y los Estados son la divergencia de intereses en lo histórico-social, que reflejan el establecimiento político y dominación de una clase social (la burguesía), sobre otra, qué es la parte más sensible y vulnerable. Eso son el Estado y las instituciones, modos y formas de regulación y control social.

Por lo cual el discurso a través de las diferentes instituciones (aparatos funcionales) “oficiales” de un estado que a su vez confluyen con su idea material ideológica-política (gobierno), legitiman un tipo de meta discurso en una masa social a través de la consolidación de una nación. Y estos diferentes mecanismos llegan a otra institución abstracta; la familia.

El lenguaje, él habla y el discurso que crea, importa y circula sentido, se encuentra también en las tradiciones/costumbres de un colectivo social en concreto. Y es preciso recordar en los primeros años del país que la clase terrateniente constituía en su pensamiento europeísta que era y no era cultura. De modo que es en la cultura donde las ideas y formas sociales se legitiman, y la nuestra es totalmente machista.
Es necesario insistir y subrayar que en el contexto social en el cual se consolidan los discursos y lenguajes predominantes en nuestra nación; la mujer no tenía ni siquiera derecho a votar. (Aclaración, la desigualdad viene de muchos años atrás, se optó por mencionar un dato particular). El lenguaje inclusivo es un tipo de discurso, una práctica social que en su momento primario de intencionalidad, es ser no sexista. Además de tener respeto y empatía por las personas que no se sienten identificadas por el sistema binario; femenino-masculino
La importancia de la circulación discursiva es que construye inevitablemente sentido social, el habla y los discursos sociales legitiman diferentes modos de expresión dentro de una sociedad capitalista. Después de todo el lenguaje no es inofensivo, dentro del mismo se constituyen valoraciones y se demuestra la ideología de cada individuo.

Así pues lo que algunas esferas y estratos comprenden que el lenguaje inclusivo no es correcto, lo mismo sucedió cuando en la Francia Antigua los ilustrados de la época no aceptaban la lengua vernácula que hoy en día es el francés actual.

Este movimiento viene a romper con aquellas configuraciones preconcebidas, con los aparatos institucionales que aún se mantienen en las representaciones de los esquemas mentales de una población y que tiene intenciones de restringir a las generaciones más jóvenes. Volver a poner al Estado, las instituciones y al lenguaje en mandatos-funciones de por y para el pueblo.